Miedos, amores, amigos, rencores, heridas, caricias, espejos, charlas, misterios, matices, mates, cigarrillos, fresias, chocolates, cuerdas flojas, histeria, mil lágrimas, sonrisas, esperas, teléfonos, arrepentimientos, gritos, fiesta, daiquiris, suspiros, sorpresas, mails, espacio, incertidumbre, límites, angustia, placer, egoísmo, soberbia, impotencia, Benedetti, salidas, experiencias, éxitos, fracasos, Cortázar, Galeano, música, melodías, cerveza, café, castigos, libertad, soledad, reconocimientos, lunas y soles, los domingos de siempre, mentiras, sueños, finales, pesadillas, cambios, Arlt, despertadores, consejos, traiciones, carcajadas, desilusiones, esperanzas, caminos, opuestos, miradas, Cien años de soledad, costumbre, tormentas, abrazos, dolores, nacimientos, rupturas, abismos, puertas, candados, almuerzos, proyectos, viajes, silencios, mensajes, olvidos, carencias, paciencia, calma, sombras, peleas, manos, esfuerzo, todo y nada. Más y menos. Menos de lo mismo.
lunes, 6 de marzo de 2017
Nuevos aires
Absorto*
Por un momento, creyó que no volvería a verlo. Lo había perdido de vista. Lo había visto alejarse, subir unas lomas y perderse entre el follaje de una centena de árboles que se cerraban tras su paso. Entonces, corrió. Improvisó un camino que resultó erróneo y, desorientado, giró la cabeza para un lado y después para el otro. Nada. Nadie.
viernes, 18 de marzo de 2016
Luz
miércoles, 22 de octubre de 2014
Miriam Lewin: "La verdad cura siempre"
Cuando a Miriam Lewin, la ferviente militante montonera de 19 años que aún no había 'caído', le dijeron que a una de sus compañeras secuestrada le permitían llamar a su casa, ella se sorprendió. Y no dudó en juzgarla. "Lo que pasa es que se acuesta con un represor", le completaron. A Miriam no se le ocurrió poner en duda esa afirmación y, mucho menos, imaginar la situación desesperante en la que su compañera, seguramente, estaba.
lunes, 18 de agosto de 2014
El deleite de ver a Brie
Solito, en camiseta y calzoncillos, el artista irrumpe en ese escenario lúgubre que simula un velorio, y lo avasalla. Es César Brie, quien con su acento argento-boliviano-italiano va prendiendo una a una las velas que rodean la escena y conmueve, con sólo mirarlo.