Miedos, amores, amigos, rencores, heridas, caricias, espejos, charlas, misterios, matices, mates, cigarrillos, fresias, chocolates, cuerdas flojas, histeria, mil lágrimas, sonrisas, esperas, teléfonos, arrepentimientos, gritos, fiesta, daiquiris, suspiros, sorpresas, mails, espacio, incertidumbre, límites, angustia, placer, egoísmo, soberbia, impotencia, Benedetti, salidas, experiencias, éxitos, fracasos, Cortázar, Galeano, música, melodías, cerveza, café, castigos, libertad, soledad, reconocimientos, lunas y soles, los domingos de siempre, mentiras, sueños, finales, pesadillas, cambios, Arlt, despertadores, consejos, traiciones, carcajadas, desilusiones, esperanzas, caminos, opuestos, miradas, Cien años de soledad, costumbre, tormentas, abrazos, dolores, nacimientos, rupturas, abismos, puertas, candados, almuerzos, proyectos, viajes, silencios, mensajes, olvidos, carencias, paciencia, calma, sombras, peleas, manos, esfuerzo, todo y nada. Más y menos. Menos de lo mismo.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Miriam Lewin: "La verdad cura siempre"

(Publicada en Diario Popular, el 21/10/2014)-. 

Cuando a Miriam Lewin, la ferviente militante montonera de 19 años que aún no había 'caído', le dijeron que a una de sus compañeras secuestrada le permitían llamar a su casa, ella se sorprendió. Y no dudó en juzgarla. "Lo que pasa es que se acuesta con un represor", le completaron. A Miriam no se le ocurrió poner en duda esa afirmación y, mucho menos, imaginar la situación desesperante en la que su compañera, seguramente, estaba.    
"Yo realmente era víctima y victimaria a la vez", afirma Lewin a DiarioPopular.com.ar, casi cuatro décadas después, en un bar de San Juan y Lima, en el barrio porteño de Constitución.   

"Yo misma, cuando una compañera dentro de la ESMA me dijo que la habían violado, la interrogué y le dije '¿Pero cómo te violaron?', pensando que una violación dentro de un centro de concentración tiene que ser con un arma de fuego o con un cuchillo. Sin entender que, en ese contexto no se puede hablar de consentimiento", aclara.
"Putas y guerrilleras" (Planeta, 2014) surgió, en parte, como un exorcismo de ese (y otros) prejuicios que, aun siendo víctima de los más atroces vejámenes, Lewin conservaba. Lo idearon y escribieron con la también periodista y en aquellos años dictatoriales militante (aunque no secuestrada) Olga Wornat.  
"Teníamos la necesidad de comprender qué es lo que había pasado", apunta Miriam, quien "tenía una concepción de que lo que había pasado en algunos casos tenía que ver con la voluntad, con el libre albedrío que podía haber tenido la prisionera".
Ni Miriam ni Olga –ni tantas otras, seguro- entendían hasta qué punto las mujeres tuvieron su voluntad y su subjetividad "absolutamente arrasada". "No teníamos (las prisioneras) ningún derecho: comíamos, dormíamos, nos vestíamos, como y cuando ellos querían", recuerda Lewin.  
No es casualidad, tampoco, que el libro se edite en épocas en que la veracidad del testimonio de las mujeres continúa siendo endeble y los medios son, muchas veces, propulsores de ese discurso machista y patriarcal.  
Comprender la naturaleza de la violencia sexual incluso en la actualidad es otro de los objetivos de este trabajo conjunto. Porque así como a las mujeres sobrevivientes de los campos de concentración les decían "por algo será" y "se habrá acostado con el represor", las víctimas de violencia sexual de estos años también están bajo sospecha. "Siempre es la víctima la que ofrece un flanco y el hombre aparece como un animal irracional que no se puede contener ante la mínima 'insinuación', entre comillas, que le hace una mujer", detalla Lewin y se pregunta, en este bar pero también en el libro, qué hubiese pasado si los roles hubieran estado invertidos, si las represoras hubieran sido mujeres y los hombres hubiesen aprovechado la atracción sexual que ejercían sobre alguna de ellas para sobrevivir. "¿Hubieran dicho, como de nosotras, que son unas putas? No, lo hubieran esperado en el bar de la esquina para levantarlo en andas, al grito de 'pero qué vivo, qué macho", imagina.
Para leer la nota completa, click acá

No hay comentarios:

Publicar un comentario